viernes, 10 de julio de 2009

Nuestra mirada


A diferencia de otras crisis menores, esta repercutió tanto en los países emergentes como en aquellos de mayor poder como los países pertenecientes a la Unión Europea.
En el desencadenamiento de esta crisis uno de los principales responsables fue Estados Unidos gracias al rol hegemónico que este consiguió en la regulación de la economía política internacional desde el fin de la segunda guerra mundial y que además es muy visible tanto en la creación de las instituciones de la gobernabilidad económica del desarrollo capitalista contemporáneo, así como el impacto de las decisiones tomadas en Washington sobre el resto del mundo.
Por lo tanto frente a la incapacidad de poder lidiar con los problemas económicos de su país sumado a la mala toma de decisiones, es notable el deterioro del poder de los Estados Unidos de América.
Es por esto que surgen tres opciones de las que dependerá la continuidad del sistema capitalista: el multilateralismo, la delegación a China del papel de ordenador sistémico que hasta ahora había ocupado Estados unidos y la reaparición en el mapa del sistema económico de Rusia.

Con el multilateralismo hacemos mención al surgimiento de economías regionales como en Brasil, India, Venezuela, etc. Aunque todavía a China se le cuestiona si sus líderes podrían llegar a estar dispuestos a asumir el papel y el costo que estaba llevando adelante los Estados Unidos y con la reaparición de un mundo bipolar con la integración de Moscú en el intercambio económico mundial.

Al ver que el desempleo, no solo dentro de la unión europea sino en toda Europa y en el resto del mundo, ascendió de una forma brusca, y va a continuar ascendiendo durante todo el año, y vemos que como siempre los más afectados son los indigentes, porque son ellos los que no tienen recursos para poder movilizarse, ni posibilidades para superarse, y con la crisis los empleos que poseían, los salarios son cada vez menores y las horas de trabajo son duplicadas, o peor aún son despedidos.

Nosotros pensamos que de ahora en adelante las posibles guerras no van a puntualizarse en diferentes ideologías o en concentraciones de capitales, sino en recursos naturales como el agua o el petróleo que son ejes de enfrentamiento en Europa oriental. También a esto se le suma el desarrollo de nuevos armamentos nucleares y además creemos que el mundo va a tener que concientizarse los daños que realizan los países más industrializados que son fiel reflejo a los cambios climáticos que están sucediendo en la actualidad y se proyecta que en un corto plazo, se intensifiquen afectando a las generaciones futuras.

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