viernes, 19 de junio de 2009

Decisión

Parece que estan muy seguros de que se debe hacer frente a la crisis. Pero el mayor problema es que estos mecanismo son a largo plazo, lo que no soluciona, de manera inmediata o a un menor plazo, la situación del desempleo, de los alimentos, entre otros.

Golpe duro

Unión Europea, golpeada por la crisis

Manifestantes en Francia contra el desempleo.

Desempleo europeo y crisis económica.

En momentos en que la Unión Europea (UE) vota representantes para su Parlamento, sus datos económicos no son alentadores.

Según la Comisión Europea, la caída del PIB (Producto Interno Bruto) de la UE será de un 4% este año, mientras que el desempleo llegara a un 11% de la población para fines de 2010.

Si bien las últimas semanas han dado datos más prometedores sobre algunos de los 27 países que conforman la UE -mejora del mercado de la vivienda en el Reino Unido, superávit comercial de la eurozona- el panorama no es esperanzador.

"Estamos viendo señales de que el declive está tocando fondo. Esto no quiere decir que habrá un despegue económico", dijo a BBC Mundo Simon Tilffet, economista jefe del Centre for European Reform.

En medio de la crisis, la sombra del desempleo sigue amenazando la economía y la cohesión política y social de la UE.

Segun la oficina estadística de la UE, Eurostat, el desempleo en la llamada eurozona -los 16 países que tienen el euro como moneda- pasó del 8,9% en marzo al 9,2% en abril: casi 15 millones de personas.

Una Europa desequilibrada

Uno de los grandes problemas son los desequilibrios internos de la UE.

EN CIFRAS

  • 4% se contraerán las economías europeas este año.
  • 3,8% era la estimación anterior del Banco Central Europeo.
  • 10,9% será la tasa media de desempleo en los 27 países de la UE en 2010.
  • 11,5% será la tasa media de desempleo en los países de la eurozona.
  • 0,4% será la tasa de inflación en 2009; ha caído en picada desde el 3,3% del año pasado.
  • Los 16 países de la eurozona: Austria, Bélgica, Chipre, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España.
  • La Unión Europea está integrada, además, por: Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Suecia y Reino Unido.

En los últimos años, la UE tuvo dos patrones de crecimiento económico: el basado en el endeudamiento-consumo interno (Reino Unido, España, países de Europa del Este) y el modelo exportador con altas tasas de ahorro interno (Alemania, Holanda, Suecia y en menor medida Francia).

Ambos modelos están en crisis.

El alto nivel de endeudamiento privado y corporativo del Reino Unido, España y la mayoría del Este europeo obligará a estas naciones a apretarse el cinturón en su consumo interno y a buscar un crecimiento de la mano de las exportaciones.

Mala noticia para los países que han basado su crecimiento en la exportación, como Alemania, primer exportador mundial que destina más de la mitad de sus productos al resto de la UE.

"Ambos modelos tienen que cambiar para producir un crecimiento más equilibrado. Desendeudamiento y mayor exportación por un lado. Mayor consumo y menor ahorro por el otro. Pero esto es un proceso lento y a mediano plazo. Primero se requiere un consenso político y social sobre la necesidad de cambio y luego, más difícil aún, traducir ese consenso a medidas concretas", afirmó Tiffet.

"¿De qué manera se puede convencer a los alemanes a consumir más y ahorrar menos cuando hay una fuerte crisis de desempleo?".

Del exangüe comercio mundial tampoco se puede esperar mucha ayuda.

Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), los intercambios a nivel global disminuirán un 9% este año.

Estimular la economía

Tanto a nivel de la Comisión Europea como a nivel nacional ha habido distintos paquetes de estímulo económico y planes de rescate del sector financiero para contener la crisis global que se desató en agosto de 2007 y estalló en septiembre del año pasado.

En noviembre, la Unión Europea anunció un plan de estímulo de 200.000 millones de euros y las principales economías de la UE lo acompañaron con distintos planes nacionales para impulsar la demanda y la producción.

Por su parte, el Banco Central de Europa dejó de lado su política dura antiinflacionaria y bajó sucesivamente la tasa de interés que rige para los 16 países de la eurozona hasta llegar al 1% actual, además de anunciar en mayo que inyectaría 60.000 millones de euros en el mercado.

Signo del euro frente al Banco Central Europeo

Sin solución a la vista para las economías de la eurozona.

Este intervencionismo europeo tiene un precio.

Se calcula que en 2010 el déficit fiscal combinado de los cuatro países más fuertes de la eurozona -Alemania, Francia, Italia y España- será del 6,4 % (era 2% en 2008) y su deuda pública subirá al 83% del PIB (71% en 2008).

El director director del programa europeo del Global Policy Institute, Henning Mayer, opina que la Comisión Europea no tiene mucho más margen de maniobra.

"La situación es diferente en distintos países. Si uno compara el Reino Unido y Alemania, se ve muy claro. En el Reino Unido, la deuda privada es muy alta con lo que el estímulo económico tiene que venir del gobierno. Esto es totalmente diferente en Alemania donde lo principal sería activar el ahorro", dijo Meyer.

En la cumbre del G-20 realizada en abril en Londres, Alemania y Francia bloquearon el intento británico (y estadounidense) de acordar un nuevo "megaplan" de estímulo global.

Estas diferencias en medio de la actual debacle económica están poniendo a prueba como nunca antes la unidad de la UE, que en asuntos económicos sólo puede actuar cuando hay consenso entre los 27 países.

En medio de la crisis, la UE tiene que lidiar con dos bombas de tiempo: los activos tóxicos (deudas incobrables) de los bancos y la situación de Europa del Este.

Nadie sabe la cifra exacta de los activos tóxicos y su impacto sobre la economía.

En cuanto a países de Europa del Este, el nivel de endeudamiento de varios de ellos (en especial Hungría y Letonia) podría provocar bancarrotas en bancos de Austria, Suecia e Italia y amenazar la estabilidad financiera de la UE.